CASA MUSEO BENLLIURE

La Casa-Museo Benlliure es un buen ejemplo de casa de la alta burguesía del S.XIX. Todo se ha intentado mantener o se ha colocado para recrear una casa de esa época. De ahí la antigüedad de sus muebles y la sensación de antigüedad de las estancias. Es una casa burguesa propia del momento, cuyas estancias son una sala de visitas, un despacho, un estudio de pintura, comedor, y dormitorio. A lo largo de estas estancias, se sitúan gran diversidad de objetos, como camas, sillas, cerámica, muebles, condecoraciones y títulos otorgados a José Benlliure…acompañando a las propias obras de los Benlliure

La casa tiene tres plantas, además de un jardín y un estudio de pintura. En la primera planta, se encuentra la mencionada recreación de la casa de época, y obras de José Benlliure, acompañadas de obras de artistas del momento como Sorolla(El santero de la cofradía en la imagen), Muñoz Degrain… En la segunda planta se encuentran obras de Peppino Benlliure y de Mariano Benliure. En la última planta están las exposiciones temporales. Nosotros tuvimos la oportunidad de ver la exposición –El color del agua. La acuarela en la familia Benlliure-, donde se encontraban trabajos de José, Mariano y Blas Benlliure, y de artistas más recientes como Leticia Feduchi o Lucrecia Enseñat, últimas representantes de esta familia de artistas.

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A espaldas de la casa hay un jardín repleto de vegetación decorado con azulejos, esculturas…y que es un lugar agradable para estar, y sirve de paso al estudio de pintura.

Al fondo del jardín está el pabellón de pintura, donde se recrea el estudio del artista José Benlliure. Hay presentes numerosos libros, objetos de coleccionismo como cerámicas y abanicos, fotografías, retablos góticos, indumentarias para sus modelos…mezcladas con otros objetos curiosos y con obras de José Benlliure, y que hacen de este espacio uno de los más especiales de la casa.

Antes de hablar de mis sensaciones en el Museo, citar la relación amistosa entre Vicente Blasco Ibáñez, Joaquín Sorolla y Mariano Benlliure, en gran parte debido a su coetaneidad y a su cariño por Valencia. En algunas obras del museo se ve la influencia de Sorolla, además de obras suyas. José Benlliure y Sorolla ilustraron además la obra de Blasco Ibañez – La Barraca-.

En cuanto a la visita al Museo Benlliure, un gran zaguán nos servía de recibidor y daba paso a unas escaleras para acceder a los pisos superiores o a otra zona de distribución, que nos daba acceso a las estancias de la casa de José Benlliure. Parecía un espacio cómodo para la época, pero anticuado visto desde nuestra perspectiva, sobre todo por la presencia de mobiliario y objetos decorativos de la época. En esta planta, me llamó la atención la sala de visitas que a su vez es una sala de retratos, pues las paredes están cubiertas de retratos de miembros de la familia Benlliure. Esta sala tenía unos lujosos muebles, y me parecieron curiosas las sillas para que se sentasen los invitados, con un diseño extraño que las hacía un tanto incómodas y favorecían la corta duración de estas visitas. Son las sillas de la izquierda de la foto. En esta sala da la sensación de ser vigilado.

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Desde la planta baja salimos al jardín de la casa, y pude observar la apacibilidad y serenidad de aquel lugar. Está bien protegido del sol por la cantidad de plantas que había, pero además seguía un diseño estudiado, lo que además lo hacía agradable visualmente. Me resultó especialmente llamativo que en una de las paredes del jardín se ubicaban unos huecos con piezas de un convento derribado, capiteles, columnas y otras piedras daban un toque clásico al jardín.

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Llegamos al estudio, la zona que más me gustó de la casa. Un primer piso con algunas obras y objetos como trajes para vestir modelos nos daban acceso a la planta superior, el estudio en sí. Lo que más me llamó la atención fue la cantidad de luz que entraba en la sala a través de grandes ventanas ( y más viendo posteriormente que las obras de las plantas superiores de la casa estaban casi a oscuras) y la diversidad de objetos. Allí se encontraban desde modelos anatómicos, hasta retablos, cuadros casi semicirculares, retablos góticos, libros como la obra de Blasco Ibañez ilustrada por José Benlliure, e incluso instrumentos musicales, como unos curiosos trombones de varas con aspectos de boca de animales.

De aquí pasamos a las plantas superiores de la casa-museo. La primera planta, dedicado a Peppino y Mariano Benlliure. Aquí, como en la planta superior, los cuadros están colgadas en paredes de color y explicados en unas ilegibles cartelas, tal vez demasiado pequeñas. En cuanto al color de las salas, no son colores precisamente acertados; en la primera planta, un color anaranjado tiñe las paredes y destaca más que las propias obras, como si las absorbiese. Al menos en esta planta, es un color claro que ayuda a ver las obras a pesar de la justa iluminación, pues en la planta superior, un verde cubre las paredes y dificulta también la visión de las obras. La escasa luz en estas plantas del museo es también destacable, pues apenas están iluminadas por unos pequeños focos superiores que en ocasiones crean reflejos que impiden la correcta visión de los cuadros. Las ventanas de estas estancias están cerradas, pues la luz del Sol directa perjudicaría la obra. Pero creo que algo más de iluminación sí que sería  necesaria.

Hubo un tema que me gustó, y fueron las obras de temática taurina, tanto las esculturas fielmente realizadas de toros de lidia, como los cuadros que cuentan distintas escenas de corridas de toros, con una pincelada colorida que me llamó la atención.

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Otro de los aspectos destacables del museo en mi opinión es el decaimiento de la capacidad pictórica por parte de Leticia Feduchi, sucesora de los Benlliure, y cuyos cuadros me dio la sensación no tienen tanta calidad como los de sus antecesores.

Por último, comentar un detalle que vincula este museo con la arquitectura. En el museo había un árbol genealógico de la familia Benlliure; pues una de los descendientes estaba casada con un tal Rafael Moneo. Al buscar en internet nos percatamos que se refería al célebre arquitecto español.

Una respuesta a “CASA MUSEO BENLLIURE

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  1. Me alegro de que la visita te gustara. Lo cierto es que el estudio es de lo más interesante del Museo. Por cierto, La Barraca la ilustró José Benlliure. Una entrada trabajada y bien ilustrada.

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